jueves, 19 de noviembre de 2009

Luego de unos minutos de silencio los pensamientos de Nicolas se comenzaron a reacomodar, o mejor dicho a ubicarse en un espacio mas real. Como si los regañidos pensamientos de Nicolas fueran miles de canicas de diferentes colores y tamaños que un linyera transporta en una gran bolsa de consorcio. Ursula en dicha comparación era como la corteza filosa de un árbol o como el borde filoso de un cartel o como cualquier objeto filoso contra el cual el linyera choca su bolsa derramando las canicas en una superficie regular e inmensa (en este punto la metáfora pierde verosimilitud) En una superficie con miles de ranuritas cada una a cinco centímetros de las otras donde los pensamientos o las canicas se acomodan de una vez y para siempre.
Salvo una, a la cual algunos definen como inmutable y perfecta otros como redundantes y campechana y otros como la razón de su vida.
Pero en dicha metáfora en la cual Nicolas era el centro y el sentido del universo, la pobre y sentida canica deambula por la superficie inmensa rebotando en ranuritas ocupadas hasta descartarse finalmente en una fétida alcantarilla (en este punto la metáfora gana verosimilitud)

Nicolas estuvo deprimido dos o tres días pero después mejoro. A la canica no le fue tan bien y recorrió durante varios meses los desagües cuácales hasta descartarse en una orilla barrosa y podrida donde el hijo de aquel linyera la encontró, la colocó en una bolsita de caramelos y reanudo la farsa universal de la historia por millones de años

No hay comentarios: