martes, 30 de marzo de 2010

extracto (la casa de las tias)

"...cuando mi cuerpo repose consumido y pelado. Otro recuerdo interesante. Nació gordita y llena de pelos. Murió consumida con el cráneo pelado. Lo demás puede obviarse como el placer, Dios, el amor. Sin nada de placer pero insistiendo… Sin Dios que es amor pero que se repite. Algunos años estaba bien, incluso la antigua historia de la cruz pero luego se repite como un goteo constante en el cráneo primero lleno de pelos y luego nada más piel. Cada gota el recuerdo de las gotas anteriores. Cada imagen de la cruz el recuerdo de la imagen anterior de la cruz. Hasta que se desgasta y así con todo. Porque el sacrificio de Dios no es más que otra anécdota al lado de otra anécdota, que al principio esta bien, pero termina cansando culpa del tiempo, que es como una gota, que lleva el recuerdo de otras gotas. Menos la primera “nació gordita y llena de…” y la última… pero la primera un poco más porque la última aún luego de tanto tiempo, luego de tantas gotas no termina de ocurrir y posiblemente no ocurra nunca y siga deambulando con estas tres bolsas secas de piel hasta que ellos se aburran de esperar o se conviertan a su vez en otras bolsas secas de piel deambulando con sus guitarras, con sus cables, con sus cigarrillos armados hasta que se les seque el cerebro. Entonces estaremos en similares circunstancias. Ellos transportando con las manos, sosteniendo del cabello los restos secos, consumidos del cerebro y nosotras empujando desde adentro, desde muy adentro estas bolsas secas de piel hasta que de tan secas que se encuentren nuestras bolsas de piel, hasta que de tan secas que se hallen sus cerebros queden esparcidos como cenizas en los pisos de parquet de esta casa colonial alargada como un chorizo y llegue alguien (porque siempre llega alguien) con ganas de soplar y luego de haber barrido con su aliento vital los restos secos de todo lo que ya sabemos comience a edificar algo distinto, algo distinto, algo distinto colocando un ladrillo al lado de otro ladrillo y ahí esta el problema, que siempre es una cosa al lado de otra cosa hasta que se escurre el cerebro."

jueves, 4 de marzo de 2010

El aborto de la monja

Sara queda encinta a los 16 años, quiere abortar pero de chica fue catequista y la culpa no la deja dormir. Le manda una carta anónima al cura que la bautizo y le explica su situación: El padre desapareció, su familia esta en la calle, esta por dejar la escuela, etc.etc., la monja sin embargo se conmueve, pasa toda esa tarde perturbada y le termina contestando ese mismo día que la verdad que no sabía bien que decirle, que ella también estaba confundido y que tal vez no era tan malo lo que estaba pensando hacer. Sin embargo al final de la carta le pide por favor reservas absolutas sobre el caso Se acordaba de ella y de la buena amistad que tenían, que si en algo la valora que no difunda su respuesta.
Un mes después la monja la ve en el parque, esta muy delgada y una minifalda luce demasiado sus lindas piernas. El flaco que esta al lado trata de sacar provecho de la circunstancia. A la monja le baja la presión, vuelve a la parroquia con la moral destruida. Pasan unas semanas pero no se recupera. La culpa, el valor de la vida humana, el perdón de los pecados, el cuarto mandamiento, dan vuelta en su cabeza. Pasan los años y aunque el incente monjita que dio ese consejo se convierte en una monja vieja y pervertida no puede olvidar su primer pecado. Deja los hábitos un tiempo y se va a trabajar de puta al lado de una edificación. Los albañiles al principio la ignoran pero unos días después cae el primer desgraciado que la lleva hasta una de las habitaciones apartadas. La verdad es que esta vieja y gorda y no vale la pena gastar en un motel. Los días siguientes pasa algo parecido y cuando la exmonja comprueba que ya es suficiente, deja la edificación, deja su nuevo trabajo de puta y alquila un monoambiente durante nueve meses. La verdad que nadie la hecha de menos, ni en el monasterio, ni en la construcción. Apenas sale del hospital con el crió envuelto en una manta va derecho a la construcción, son las 7 de la tarde y los albañiles ya se estan alcoholizando en el bar de la esquina, ingresa al edificio por una entrada secreta que le mostró posiblemente el padre del crío y sube los nueve pisos de escalones sin revocar del edificio. En la terraza solamente tiene que repetir algunas formulas latinas y arrojar al crío como dios manda al caos del vacío de los elementos en construcción.