lunes, 1 de octubre de 2007

extracto

"En su último viaje recorrió otras calles, las que desembocaban en una angosta playa marítima franqueada por dos muelles. Pasó distante por el costado de un quiosco, que en el límite de una amplia vereda con el comienzo más elevado de la playa, miraba el mar. Dos jóvenes allí encerrados jugaban a presentarse respectivamente los cuerpos.A ella él le era indiferente pero no podía evitar querer que la penetrara más de una vez, periódicamente. A él el sexo de ella no le olía de la mejor manera, le resultaba como demasiado fuerte, casi pasado. Sin embargo pensaba que estaba bien, que si existía algo que no era Dios, que no era la naturaleza, que ni siquiera tenía nombre pero que no podía controlar, debía como dice La Biblia saborear el pan de su juventud, porque indudablemente eso es el todo del hombre.Ni siquiera pudo cumplir su objetivo de mar. Unos pasos antes de tocar con los pies fríos el agua fría se desplomo, donde ya la arena era húmeda y lisa. Una pequeña ola que llego hasta su boca hizo el resto. El agua salada más la intensa medicación ingerida unas horas antes la llevaron a tener convulsiones, a completar movimientos cortos, rápidos, nerviosos. Como si fuera un gran pez, que arrojado unos momentos antes se enfrenta o debate contra un despropósito de oxigeno al que sus órganos no pueden adaptarse.Cualquiera que hubiera visto a ese gran pez o a esa pobre vieja tirados allí, hubiera opinado que estaba bien, que si existía algo que no era Dios, que no era la naturaleza, que ni siquiera tenía nombre pero que no podían controlar debían ellos estar precisamente en ese lugar, haciendo lo que estaban haciendo."

2 comentarios:

sole dijo...

es un blog un poco triste, un poco melancólico y un poco desahuciado
lo curioso es lo desahuciado junto a lo melacólico

el pollo dijo...

gracias sole muy inteligente lo que decis